Habiendo hallado el sendero del discipulado y aprendido las ciencias del espíritu, y así merecido su debido salario de «grano, vino, y aceite» será reconocido por sus hermanos constructores para compartir sus labores. Habiendo entrado en la vida y probado en sí mismo la realidad de la inmortalidad, la Logia de Masones que recibe los salarios del Maestro lo admitirá en su rango y le permitirá unirse a su tarea de elevar a los hombres a la vida eterna.
Sin embargo esto se deberá especialmente a su propio auto iniciada actividad. El reconocimiento que evoca la influencia de su vida entre sus pares manifestará su bienvenida.
Las ceremonias de iniciación, en las cuales entonces él podrá tomar parte, le demostrarán tres cosas:
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Que los aprendices iniciados que están sobre el sendero de purificación, los compañeros de gremio en el sendero del discipulado, y sus hermanos Maestros sobre el sendero de iniciación o santidad, lo reconocen a él como hermano.
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Ellas le permitirán, en la conciencia de su cerebro «probarse a si mismo» y a los demás, que él es lo que su propia lucha y convicción interna, ya le han demostrado.
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También lo estimularán tanto en su aspiración y en el desarrollo de sus capacidades,
mediante la energía vertida en la Logia, que podrá «ver la verdad»; y unirse al rango de aquellos que están dispuestos a cooperar, con plena conciencia y comprensión, en los planes del G.A.D.U.
Byan Amaya de SaintClea