El padre de Sherlock Holmes

15 Junio 2020 Escrito por Artículo 669
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Sir Arthur Conan Doyle. En efecto, Arthur Conan Doyle fue iniciado a la Masonería en la logia Phoenix Lodge nº 257 de Portsmouth el día 26 de enero de 1887 siendo apadrinado por Sir William King (sustituto del gobernador del condado de Hampshire) y secundado por Sir John Brickwood. Fue pasado al grado de compañero masón el 3 de febrero de 1887 y exaltado al grado de maestro masón el 23 de marzo de 1887. También fue miembro honorario de la Logia  “Santa María de la Capilla” nº 1 de Edimburgo, de la Gran Logia de Escocia.

Viajó como médico naval por los mares árticos y entre 1882 y 1890 trabajó como médico en Southsea (Inglaterra).

Conan Doyle firmó el contrato para la publicación de su primera historia, “Estudio en Escarlata” por 25 libras esterlinas.

Para su creación se basó en un profesor de la universidad de ingeniosa habilidad para el razonamiento deductivo.

La célebre frase “Elemental, mi querido Watson” no aparece en obra alguna de Conan Doyle sobre Sherlock Holmes.  

El sombrero de cazador de gamos característico del detective, nunca se menciona en la obra de Doyle, es un complemento del ilustrador de “The Strand Magazine Sidney Paget”, que, además, utilizó a su hermano Walter como modelo para representar el aspecto de Holmes.

El domicilio de Sherlock Holmes en Londres quedó finalmente fijado para la posteridad en el número 221B de la calle Baker; posiblemente, porque en aquella época el nº 21estaba habitado y Doyle decidió inventarse un inexistente número 221B.  

Conan Doyle se inspiró en un médico de carne y hueso para darle nombre al personaje de Sherlock Holmes, pues le obsequió el apellido del gran internista y humanista estadounidense Oliver Wendell Holmes (1809-1894), uno de los escritores que Doyle más admiraba.

En 1989 Roger Garrick, psicólogo británico, publicó un libro en el que acusaba a Sir Arthur Conan Doyle de haber asesinado a su amigo el periodista y escritor Bertram Fletcher Robinson, muerto a los 36 años de edad, para robarle no solo a su esposa (con la que supuestamente habría tenido un idilio) sino también el manuscrito de la que sería su novela más famosa, “El perro de los Baskerville”.

Fletcher Robinson murió oficialmente de fiebre tifoidea en 1907, pero había la sospecha de que en realidad fue envenenado por su esposa, a instancias de Doyle. El misterio fue resuelto cuando Garrick, en 2006, consiguió que el cadáver de Fletcher fuera exhumado pero no se encontró ningún rastro de que hubiera sido envenenado, tal y como él sostenía.  

"Tabes dorsal", es una enfermedad de las neuronas, su tesis doctoral trató precisamente sobre ese tema, un estudio detallado sobre la enfermedad con el que finalmente consiguió el título de doctor en 1885.

Una vez empezó a ejercer el oficio de médico como colaborador de un colega suyo. Sin embargo, las relaciones entre ambos nunca fueron muy buenas y pronto empezaron a surgir malentendidos y discusiones. Harto de esa incómoda situación, Arthur optó por la opción más radical: Se mudó de ciudad y empezó su propia clínica en solitario con sólo 10 libras encima. Muy poca gente iba a su clínica, pasaba horas enteras sin un solo cliente. 

Una de las curiosidades menos conocidas sobre Arthur es que fue un gran aficionado al deporte. Fue portero de fútbol en un equipo amateur llamado Portsmouth Association Football Club; también fue un gran jugador de cricket, llegando a jugar diez partidos profesionales en el Marylebone Cricket Club; de vez en cuando jugaba a los bolos, aunque no tenía mucha experiencia en ellos; también fue un buen jugador de golf, llegando a ser capitán del club Crowborough Beacon Golf Club. Y junto con todo ello, llegó a practicar incluso el boxeo. Entre sus hechos más importantes, fue uno de los primeros introductores del esquí en el Reino Unido.  

Arthur fue nombrado caballero del Imperio Británico (un honor reservado a las más grandes contribuciones al Reino Unido). En esa época el Reino Unido había participado en la "Guerra de los Bóers", un conflicto por el que el país se llevó duras críticas por parte de casi todo el mundo. Entonces, Arthur publicó un panfleto llamado "La guerra en el sur de África: causas y desarrollo" en el que defendía y justificaba la participación de su país.

Este texto apoyando a su país tuvo bastante éxito y fue traducido a muchos idiomas, causa por la cual ganó el título mencionado anteriormente. Además, también lo nombraron viceteniente del condado de Surrey.  

Una de las controversias más raras que vivió fue su actividad como espiritista. Muchos de sus familiares habían muerto en un período de tiempo bastante corto, por lo que entró en una gran depresión y empezó a sentirse atraído por el espiritismo, llegando incluso a unirse a la "Unión Nacional de Espiritualistas". Entre sus casos más sonados, defendió la veracidad de las hadas de Cottingley, que más tarde resultaron ser un fraude. No faltaba su participación en ningún ritual espiritista con sus compañeros. 

Entre sus amistades, era un gran colega del famoso mago Harry Houdini. Al principio gozaron de una cálida amistad, pero pronto sus diferentes ideas los separaron: Arthur defendía fervientemente la existencia de hechos paranormales y magia, mientras que Houdini era completamente escéptico y luchaba contra todo ello. Cuando Houdini le dijo que todos sus trucos mágicos eran simplemente "trucos" que no tenían ninguna magia, Arthur no le creyó y empezó a mostrar argumentos en contra de él. Entre ellos empezaron a surgir malentendidos y las discusiones acabaron por separarlos.  

Una de las tareas que siempre quiso realizar fue matar a Sherlock Holmes. El personaje que le había dado éxito nunca terminó de ser su favorito, ya que realmente él quería escribir novelas históricas. Cuando lo mató en una de sus novelas, miles de personas empezaron a vestir de luto y casi 20.000 suscriptores al periódico en el que se publicaban las aventuras de Holmes anularon su suscripción apenados por la muerte de uno de sus héroes. Recibió también miles de cartas de sus más antiguos seguidores pidiendo que sus detectivescas aventuras volvieran a la vida. Parece que los gustos del público y de Arthur no eran los mismos. 

Finalmente, murió a los 71 años de un ataque cardíaco. Las últimas palabras que dijo estaban dirigidas a su esposa: "Eres preciosa". En el epitafio de su tumba figuraban las palabras: Temple de acero, Rectitud de espada, ARTHUR CONAN DOYLE, Caballero Patriota, médico y hombre de letras.

Con el título de “Las curiosidades de Sir Arthur Conan Doyle el padre de Sherlock Holmes” se publicó en http://www.caracol.com.co/

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